Al parecer, antes de 1727, el claustro universitario había solicitado al rey que en México se implantara el procedimiento salmantino de sustitución de catedráticos jubilados. Según un informe del secretario de la Universidad de Salamanca, cuando se daba una jubilación, entraba como regente o lector de la cátedra correspondiente el catedrático inmediato anterior en jerarquía, conservando este último el mismo salario de la cátedra que dejaba. Este procedimiento no incluía ya ninguna oposición de por medio. Cuando el jubilado moría, el regente se convertía entonces en pleno propietario. En 1727, llegó a México la real cédula que aprobaba la petición del claustro.
—RODOLFO AGUIRRE SALVADOR—
Tomado de: “¿Escalafón u oposición? El ascenso a las cátedras jurídicas en el siglo XVIII”, en Leticia Pérez Puente (coord.), De maestros y discípulos. México. Siglos XVI-XIX, p. 69.