La definición de Caso es extremadamente precisa y clara. No se refiere a un desideratum, sino a un hecho: desde 1911 «la Universidad de México es una comunidad cultural de investigación y enseñanza». Fiel seguidor del ideal universitario defendido por Justo Sierra, Caso concibe a la Universidad Nacional de México como una comunidad de cultura, diferente de las universidades medievales y de la extinta Pontificia Universidad Mexicana. Desde una fecha temprana, advierte que la Universidad recientemente fundada, no es un cuerpo con miembros separados. En las escuelas que la constituyen —la Preparatoria, la de Jurisprudencia, la de Medicina, la de Ingenieros, la de Bellas Artes y la de Altos Estudios— existe la unidad de acción, la simpatía de los grupos, la integridad del pensamiento y la mayor reciprocidad entre todas «las ramas de la actividad intelectual verdaderamente independiente». En ella tiene lugar el esfuerzo orgánico y creador. Caso, por afecto a las profecías, vaticina entonces que tales escuelas, constituyentes ya de una persona moral sui iuris, serán una verdadera comunidad. «Llegarán de fijo en alguna ocasión a imponerse a la sociedad mexicana como elementos de un mismo instituto coherente y vigoroso, y los cambios políticos no afectarán para nada la marcha regular de educación superior».
—Rafael Moreno—
Tomado de: La Universidad de Antonio Caso: comunidad de cultura libre, pp. 13-14.